"L'abús infantil és una gran epidèmia oculta que cal combatre”

La prestigiosa revista Journal of Nervous and Mental Disease ha publicat un article científic signat per professinals d’Osona Salut Mental que posa de manifest l’alt impacte del trauma en els pacients diagnosticats d’esquizofrènia.

La prestigiosa revista Journal of Nervous and Mental Disease ha publicat un article científic signat per professionals d'Osona Salut Mental que posa de manifest l'alt impacte del trauma en els pacients diagnosticats d'esquizofrènia.

La investigació corrobora que més del 75% dels pacients estudiats diagnosticats d'esquizofrènia han patit algun tipus d'abús en la seva etapa infantil i que aquesta fet empitjora la malaltia, amb més símptomes i significativament més intents de suïcidi que els pacients amb esquizofrènia que no havien patit trauma infantil.

La psiquiatra del CHV Dra. Maria José Álvarez porta més de 10 anys investigant sobre aquesta qüestió i intentant aportar un gra de sorra a la conscienciació: "el matractament infantil i els abusos físics i sexuals són una gran epidèmia oculta que cal combatre", afirma la Dra. Álvarez tot assegurant que la societat i els governs no li donen suficient importància a aquesta qüestió. Per aquest motiu, des dels professionals de la Salut Mental demanen que "invertir en prevenció de l'abús infantil és evitar malalties mentals al llarg de la vida".

La Dra. M. José Álvarez, el Dr. Pere Roura i el Dr. Quinti Foguet, i els residents Dra. Elisabet Tasa i Dr. Santiago García, són els psiquiatres que signen l'article recent publicat, juntament amb professionals de la UVic-UCC.

Consulta l’article: "Trauma in Schizophrenia Spectrum Disorders: Dissociative, Psychotic Symptoms, and Suicide Behavior"

¿Es hora de pasar del modelo bio-bio-bio de la esquizofrenia a un modelo bio-psico-social?

¿Por qué enloquecemos? ¿Es solo cuestión de tener unos genes defectuosos? En el saber popular, así como en las grandes obras maestras de la literatura de todos los tiempos, las personas enloquecen cuando no pueden afrontar las desgracias del destino. ¿Están todos equivocados?

Todos los mamíferos tenemos un sistema neuroendocrino que nos permite hacer frente al estrés. Nos prepara para la lucha o la huida. Cuando los traumas suceden en la infancia la capacidad de luchar o huir es imposible, ya que la misma persona que proporciona el sustento a la niña (víctimas más frecuentes de abusos sexuales en la infancia) o al niño es quien comete el abuso por las noches. Un sistema que está preparado para afrontar situaciones de estrés se derrumba cuando la niña o el niño se ve maltratado de forma continuada. Esta es una causa, muchas veces minusvalorada por la psiquiatría, de muchas de las enfermedades mentales, incluida la esquizofrenia.

"Trauma in Schizophrenia Spectrum Disorders: Dissociative, Psychotic Symptoms, and Suicide Behavior", publicado por nuestro equipo en la prestigiosa revista Journal of Nervous and Mental Disease, pone de manifiesto el alto impacto del trauma en pacientes diagnosticados de esquizofrenia. Este estudio corrobora la elevada prevalencia del trauma en estos pacientes: algo más de las tres cuartas partes (78%) de los pacientes habían padecido abuso o negligencias en su etapa infantil. También mostró que estos pacientes con antecedentes infantiles de haber sufrido abusos, tenían más síntomas disociativos y más tendencias suicidas (el 58% de los pacientes con antecedentes traumáticos habían realizado al menos un intento de suicidio a lo largo de su vida, frente al 0% de los que no los habían padecido).

Los caminos por los que el trauma infantil lleva a la esquizofrenia han sido cada vez más estudiados. Estos incluyen los factores psicológicos aprendidos que llevan a la paranoia "el mundo es peligroso", "nadie es de fiar". Otro factor es la disociación, que en un primer momento es protectora: la mente se fragmenta y los recuerdos inasumibles quedan borrados de la memoria biográfica y almacenados en regiones cerebrales más primarias, pero con el tiempo pueden aflorar en forma de alucinaciones. Por otra parte, también encontramos que el sistema de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) se desajusta al estar crónicamente en acción. Esto provoca un aumento en la producción de sustancias como la dopamina, cuyo exceso se relaciona con las ideas delirantes y las alucinaciones.

Nos gustaría que nuestro estudio aportara un granito de arena al reconocimiento por parte de la psiquiatría científica de las consecuencias del daño causado en la salud mental por esta epidemia oculta en nuestra sociedad: el maltrato a la infancia. Así como a que los profesionales puedan ver una historia biográfica detrás de una persona que piensa cosas extravagantes y oye voces, y cuyo procesamiento psicoterapéutico contribuya, junto a la medicación, a la recuperación del mayor grado posible de su salud.

Ressenya de l’article signada per l'equip d'investigadors del CHV i de la UVic-UCC.